Un profundo pesar. Mezcla de rabia, tristeza y nostalgia. Una película proyectada en la pantalla de mi imaginación, segundo tras segundo; mientras leía y volvía a leer la información del Blog del compañero Alejandro Marín. Conmovido hasta las lágrimas. Absorto y terriblemente concentrado en las imágenes que mi mente reproducía. ¿Hasta dónde llegó la crueldad de los perros de caza?. ¿Hasta dónde llegaron los macabros sentidos del poder ignorante?... Hace unos meses, cuando todavía no se sabía nada de ésta información, curiosamente le escribíamos desde el futuro a Víctor:"Con una luz en tu garganta que iluminaba tu presencia,
así creció tu voz valiente, marchante al paso de tu gente
que vió esa luz divagar; entre sangre y dolor, balas y muerte..."
Y recordaba tus palabras..."Canto, que mal me sales, cuando tengo que cantar; espanto. Espanto como el que vivo, como el que muero, espanto..."
Todos sabíamos de las balas, de tus manos, de tu dolor, más, hasta ahora sabemos de tu último suplicio, de el ensañamiento del que fuiste víctima. Pero esa bala en tu cabeza no te mató compañero, esa bala en tu cabeza no pudo borrarte... porque hay balas que resucitan, balas que inmortalizan, balas que hacen renacer... y aquí estás, aquí seguís con nosotros, y nos miras desde tus retratos, eterno, cierto, sonriente, fuerte, joven, vivo! Como siempre has estado, y como siempre seguirás!
Todos sabíamos de las balas, de tus manos, de tu dolor, más, hasta ahora sabemos de tu último suplicio, de el ensañamiento del que fuiste víctima. Pero esa bala en tu cabeza no te mató compañero, esa bala en tu cabeza no pudo borrarte... porque hay balas que resucitan, balas que inmortalizan, balas que hacen renacer... y aquí estás, aquí seguís con nosotros, y nos miras desde tus retratos, eterno, cierto, sonriente, fuerte, joven, vivo! Como siempre has estado, y como siempre seguirás!
